miércoles, 2 de mayo de 2018

DEBATE


Comenzamos nuevo bloque, con la lectura de dos artículos muy interesantes y su posterior reflexión.

En el primer artículo “UNA ESCUELA PARA JUAN” nos hace reflexionar sobre el derecho que tienen todas personas, con discapacidad o no, a recibir una educación de calidad. Uno de los conceptos que destaca es el de normalización cuya meta no es alcanzar la normalidad sino construir contextos sociales y culturales compartidos donde haya cabida para todos. Es importante, que la respuesta educativa a estos alumnos se haga teniendo en cuenta sus necesidades pero siempre, fomentando la inclusión de los mismos.

Una de las ideas que plantea y que más interesante me parece es que la inteligencia se desarrolla a través del conocimiento social y ello conlleva un cambio en el paradigma pedagógico. Como indica el texto, cada persona puede avanzar si se le proporcionan los apoyos adecuados, pero es importante cambiar el “chip” en el profesorado, que el trabajo en  los aspectos cognitivos no acapare toda la jornada escolar si no que se de paso a más aprendizaje de habilidades sociales, de resolución de problemas, de comunicación, de expresión de emociones (no olvidemos que en el aprendizaje tiene una gran importancia la parte emocional)…

Potenciando y desarrollando estas indicaciones, implicando a todos los profesionales en las aulas, atendiendo con alternativas diferentes según las necesidades y estando en coordinación con las familias, se conseguirá una respuesta educativa más acertada para  cada uno de nuestros alumnos.

En el segundo artículo "MODELOS EDUCATIVOS PARA UNA VIDA DE CALIDAD" he podido reflexionar sobre el cambio que se ha ido produciendo durante los últimos años en relación a los modelos educativos destinados a las personas con discapacidad. Se ha pasado de modelos centrados en la sintomatología clínica a modelos más actuales que tienen más en cuenta la calidad de vida de estas personas. Estos cambios suponen también un cambio en los profesionales que intervienen en la educación, aunque se necesita más formación, sensibilización e implicación con estos alumnos, pues se ha de tener más en cuenta la calidad de vida de las personas con discapacidad y su participación en todo en este proceso.

Mi aportación, y desde mi experiencia, le doy mucha importancia a la implicación de todo el profesorado del centro, que se sensibilicen con estos alumnos, que conozcan las características de cada uno de ellos y que les den una respuesta concreta y diferente, pues cada uno tiene una realidad distinta. Que tengan en cuenta que la diversidad enriquece, que nadie es igual a nadie, que todos somos diferentes y eso es lo bonito de la vida, que podemos aprender los unos de los otros, y que el estar juntos, nos hace ser mejores.

Comparto con vosotros un vídeo, que ha realizado un padre de una niña con autismo y que a mí personalmente me encanta.







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